Sobrevivir a la trata, la historia de Elvira Ortiz de Santa Elena

El relato de superación y fortaleza de la mujer que escapó dos veces de una red de explotación sexual. Su testimonio muestra complicidades, silencios y omisiones necesarias para su primera y segunda captura

Por Vicente Joaquín Suárez Wollert

Durante las noches de Carnaval en Santa Elena permanece un stand del Área de las Mujeres, Géneros y Diversidad, actualmente a cargo de Mariela Sastre, quien junto a su personal difunde y sensibiliza sobre la necesidad de denunciar ante los organismos oficiales al tener conocimiento de una situación de explotación. 

A metros del Corsódromo donde se congregan locales y turistas vive Elvira, madre de ocho hijos y que obtuvo el título de abuela con apenas 33 años. “Nacida y criada santaelenera”, dice ella y sobreviviente de una de las tantas redes de trata de personas de la que también mujeres y niños entrerrianos han sido víctimas a lo largo de los años. 

Parte de una familia de extrema vulnerabilidad, nació en el exbarrio obrero, ubicado en las antiguas dependencias para trabajadores solteros de lo que fue el primitivo microcentro de Santa Elena. Padre alcohólico y violento hizo de la infancia de Elvira –conocida como La Pelu o La Principito– tenga recuerdos amargos y secuelas tanto físicas como psicológicas. 

“Me junté de chica, con 13 años y un hombre mucho mayor que yo. Y me fui a vivir a Paraná”, rememora, donde también sufrió en carne propia la violencia de género y económica, una situación que la hizo tomar la determinación de regresar, embarazada, a Santa Elena, donde con apenas 14 años dio a luz a su primer hijo. Poco después probó suerte nuevamente en el amor, pero su pareja fue detenida en una causa por homicidio y volvió a quedar embarazada y sola, haciéndole frente a la vida. 

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