Un heavy metal se une a una banda tributo como tantas otras, con historias y un marcado acento español. La vida de músicos locales que además del trabajo y la familia, dejan todo por el aplauso del público
Por César Luis Penna
Un sábado soleado haciendo las compras habituales me encuentro con Marito Gogniat. Lo conocía por ser el baterista de Garras (había tocado junto a Cristian “Petete” Felici en varias bandas primigenias del heavy metal en la ciudad como Trae Tormentas y Postmortem), y por algún intento de formación de bandas que alguna vez hicimos y que ya no recuerdo bien. Nos saludamos a la pasada y me dijo:
–¿Estas cantando?
–No, ya hace un tiempo largo que no.
Hacía mucho tiempo que me había alejado de Xcarabajo, banda que llevaba adelante junto con los hermanos Rodríguez de San Agustín.
–Estamos armando una banda, caete un sábado por casa.
–Bueno dale –le dije sonriendo mientras me metía en un negocio.
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