Colón se moviliza para defender el río Uruguay

Poe Camila Gomez

El río Uruguay está en peligro: su flora, fauna, así como la salud ambiental y física de miles de personas. La empresa multinacional HIF Global, dedicada a la elaboración de biocombustibles, quiere instalar una refinería en la ciudad uruguaya de Paysandú, en la costa fronteriza con Colón. El objetivo es crear el Parque Solar Fotovoltaico Lucía y el Parque Eólico Elena (ver foto).
La fábrica indica en su página web: “La iniciativa está alineada con la estrategia de Uruguay para responder a la transformación global en la industria de los combustibles. El proyecto contempla la generación de electricidad a partir de fuentes renovables y la transmisión de esta energía a la planta de e-Combustibles”.
A comienzos de 2024 la empresa con sedes en Chile, Brasil, Estados Unidos, Alemania y Australia, tramitó permisos y planificó el trabajo. Pero no contaron con la fortaleza de las comunidades cuando de ambiente, y en particular, cuando del río, se trata.
En este marco, Mariana Moricz y Carlos Serratti, integrantes de la Multisectorial Somos Ambiente del Río Uruguay detallaron a El Telégrafo de Entre Ríos la problemática que están atravesando y lo crucial de hacer crecer la fuerza contra la refinería. Mariana explicó: “La problemática que está atravesando la comunidad de Colón en este momento tiene que ver con un proyecto que está llevando adelante la República Oriental del Uruguay, con una empresa que se llama HIF Global, que pretende construir una industria para la elaboración de combustibles sintéticos, metanol y otros combustibles derivados, a nada menos que 3.000 metros de la ciudad, que como todos saben es una ciudad turística asociada a sus playas en el río Uruguay y justo frente de lo que es el centro de la ciudad, con chimeneas de 80 metros, con emisión de gases, con utilización del agua del río. Esto acarrea una serie de modificaciones del territorio que van a afectar la vida como viene siendo hasta el momento y su estrategia de desarrollo vinculada al turismo y a la producción de alimentos”.
Para la mujer colonense, la causa común y la importancia de hacerse parte “tiene que ver con defender que este tipo de mega emprendimientos no pueden afectar la vida de lo que está alrededor, de quienes están alrededor”. Manifestó: “Podemos discutir los modelos de desarrollo y si este tipo de tecnología pueden servir para la transición energética, pero no puede llevarse adelante a costa de contaminar y dejar sin trabajo a quienes están alrededor, eso tiene que estar contemplado. Esto es así, va a suceder eso, entonces es importantísimo que se movilice la comunidad y que haya apoyo de otras comunidades para que se pueda alzar la voz y frenar este proyecto y que lo ubiquen en otro sitio”.

De esta manera se ubicarían los parques eólico y solar, con relación a la destilería de combustibles.

Riesgos y preocupación
En este sentido, Carlos dijo a este semanario: “La particularidad de esta industria es que si bien utiliza el hidrógeno verde por el modo de elaboración, lo extrae a través del método electrólisis: se extrae del agua del río, el hidrógeno, descomponiendo esa molécula de agua, se une, actúa como un insumo del hidrógeno junto con el dióxido de carbono que se obtienen por la incineración de producción forestal. O sea, queman madera, de ahí separan el dióxido de carbono, después se junta el dióxido de carbono con el hidrógeno y obtienen una sustancia que se denomina metanol. Este es el primer problema que nosotros hemos detectado: el metanol es altamente tóxico, tiene unas particularidades muy específicas en cuanto a su toxicidad y en cuanto a la volatilidad que puede generar ante cualquier evento negativo que pueda producirse en la planta”.

La empresa se ubicaría a 10 kilómetros de un área natural protegida: Tierra de Palmares.


“A raíz de esto, lo que surge es la preocupación, hemos consultado con distintos profesionales de distintas áreas y nos han señalado que el riesgo permanente existe, existe una población vulnerable que son aproximadamente 55.000 habitantes que viven en la zona de Colón, San José y todo el ejido, que por las características de la economía lugareña se fue como urbanizando o semi-urbanizando distintas partes entre las localidades. También consideramos que estas localidades que menciono están aproximadamente en un radio de 10 kilómetros de lo que es la planta, con la exposición a los vientos del este que serían los que traerían todos los aspectos negativos que esta empresa pueda generar. La economía de la ciudad, ya hemos consultado con distintos expertos que manejan casos similares que han manejado en otros lugares, tiende a la baja, o sea, nadie veranea, nadie visita un lugar donde hay un riesgo, donde hay una empresa de estas características porque lo que en este momento Colón y la región Tierra de Palmares ofrece es ambientes naturales, la vinculación con el río y todo el que conoce sabe que está el bosque, el monte ribereño y demás… Bueno, esto va a tender a desaparecer, con lo cual la economía al ir a la baja afecta no solo al habitante, sino a las arcas municipales, a la provincia, tiene una serie de connotaciones negativas que estamos analizándolas y no tiene ningún punto a favor de lo que es nuestra región, de nuestro modo de vida, de la instalación de esta empresa justo acá frente a Colón”, desarrolló Carlos.
Mariana añadió: “En la instalación de la destilería de combustibles el impacto que entendemos que va a generar en la salud y en el ambiente tiene que ver con las emisiones atmosféricas, los vientos de Colón, los vientos predominantes vienen de donde pretende instalarse la fábrica hacia la ciudad, por lo tanto cualquier problema que surja en la industria o cualquier tipo de olores, cualquier tipo de excedentes o accidentes que sucedan van a llegar rápidamente a Colón. También en el ambiente esta localización está pensada al lado de un área protegida, esto va a modificar la fauna, la flora que actualmente existe y que por lo cual se ha dispuesto que sea un área protegida. Es incompatible con un área protegida un tipo de industria que esté al lado, emitiendo gases, tomando recursos del agua, quemando madera para hacer dióxido de carbono, luz permanente, ruidos permanentes, o sea es inevitable que eso se va a modificar, necesitamos que esto se relocalice”.

Autoridades municipales y vecinos de Colón participaron de una reunión con HIF Global y pidieron que evalúen la relocalización.

Una lucha que no frena
En relación al tiempo que lleva la multisectorial en la lucha por la relocalización de la refinería, Mariana respondió: “Desde hace aproximadamente un año que se empezó a conocer que este proyecto estaba caminando y desde ahí cada vez se empezó a movilizar más y a conocer más a medida que va avanzando, que no está encontrando una redefinición de lo que estamos demandando que es su relocalización”.
“Las autoridades del lado argentino se han manifestado en contra y a favor de que este emprendimiento encuentre otra localización posible para desarrollarse que no afecte a nuestras comunidades. Sin embargo, no estamos conociendo bien los resultados de esas gestiones, hasta el momento no se conocen en detalle más allá de las manifestaciones públicas a favor de la relocalización o qué resultados están teniendo sus gestiones”, señaló la integrante de la multisectorial.
Su par agregó: “Se están generando cosas casi permanentemente. Hace unos días fuimos a Montevideo, presentamos una nota en el Ministerio de Ambiente del Uruguay y notas en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay. También pasamos las mismas notas con copia a la Gobernación de Entre Ríos, a la Cancillería. La semana pasada entregamos notas en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y tuvimos un encuentro con organizaciones de Paysandú allí. Vamos a empezar a cruzar del otro lado para hablar con todos. Ya hace rato que venimos haciendo contactos con organizaciones de allá, siempre estamos haciendo algunas cosas en conjunto. Ellos tienen su problemática, están juntando firmas para rechazar el proyecto de instalación. Hemos ido a ferias de semillas en la Costanera de Paysandú, hemos cruzado en caravana”.

El arte en las calles de Colón, en cualquiera de sus formas, es un grito contra la refinería.


Además de la necesidad de sumar más personas a la lucha por lo que es, en definitiva, un ambiente sano, Mariana alertó: “Instamos a las autoridades que no paren de generar acciones que vayan intentando resolver esta cuestión antes de que llegue a un conflicto mayor como el que tuvimos en Gualeguaychú en su momento con la instalación de las fábricas de celulosa, las pasteras, que se llevó a un conflicto que entendemos que acá estaría aún a tiempo de resolverse, pero si esto avanza así, es posible que se llegue a esa misma situación”.

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