Economía para Todos: el tipo de cambio y su impacto a diario

La cantidad de pesos que se necesitan para comprar un dólar influye en precios, salarios, empleo y producción. Entender los conceptos ayudan a comprender las políticas económicas que afectan al bolsillo

Por Luis Lafferriere – Promotor de la Cátedra Abierta Por un Mundo Nuevo

Es muy común (cada vez más) escuchar noticias que hablan del “tipo de cambio”, en especial si se trata de medios especializados en economía. Y a pesar de que hablamos de un concepto de enorme  importancia no sólo para el país y para las actividades que desarrollan las empresas, sino también para la vida diaria de todos los argentinos, es un concepto que no se comprende muy bien. Mucho menos se entienden las implicancias de su variación y las enormes consecuencias que genera en nuestras vidas y para nuestro bien o mal estar.

Para llegar a comprender mejor el significado del tipo de cambio, haremos una breve introducción previa del contexto donde vamos a usar ese término, íntimamente vinculado a lo que se llama el sector externo de una economía.

El sistema capitalista y las relaciones económicas internacionales

La Argentina es parte integrante de un sistema social que hoy se ha impuesto en casi todo el planeta, y que tiene como base la economía capitalista de mercado. Ese sistema se compone de los distintos países que lo integran, de organismos internacionales y de grandes corporaciones y bancos que operan a nivel mundial. 

Esas partes o componentes del sistema se relacionan entre sí siguiendo lógicas y regularidades, que es necesario entenderlas para comprender mejor el entorno que condiciona a cada país. Y cada país se vincula al resto del mundo por medio de transacciones económicas (entre otras), que abarcan movimientos o intercambio de bienes, de servicios y de capitales.

Los movimientos económicos internacionales se ubican en lo que se denomina el sector externo, y comprenden una multiplicidad de operaciones que se registran en un instrumento contable denominado Balance de Pagos. Ahí se puede visualizar qué bienes y servicios compramos y vendemos, en cantidades y precios; qué operaciones o movimientos de capital realizamos, como ser préstamos, transferencias, inversiones, etc.

Y esa gran variedad de operaciones con distintos países del mundo, con instituciones internacionales y con empresas, se realizan utilizando siempre una moneda que sea aceptada universalmente y que posibiliten ese intercambio. La moneda hasta hoy más usada y más conocida es el dólar estadounidense, aunque con presencia de otras como el euro, el yuan, el yen, etc. 

Qué es el tipo de cambio

Se considera tipo de cambio al valor en pesos que tiene cualquiera de las divisas usadas en el intercambio internacional. Para simplificar hablaremos del valor en pesos del dólar, es decir que el tipo de cambio es cuánto cuesta esa divisa en pesos de nuestro país.

La importancia del tipo de cambio

Así como es de simple el concepto ‘tipo de cambio’ (cuántos pesos cuesta un dólar), su importancia es fundamental. Según cuál sea el valor que tiene el mismo, incide sobre el precio de la gran mayoría de los bienes que se intercambian en toda la economía, en especial de aquellos bienes que son transables (se compran y venden internacionalmente). Pero el valor del dólar (tipo de cambio) no sólo impacta en casi todos los bienes del mercado (y en muchos servicios), sino que incide de manera indirecta en las actividades de producción y distribución. Es decir, tiene un fuerte efecto económico y social.

Efectos de un tipo de cambio alto 

(un dólar caro)

Por una parte, si el valor del dólar es muy alto (dólar caro en pesos, se considera un tipo de cambio alto), eso lleva a que todos los bienes que importamos se encarecen. 

Por un lado, salen más caros los bienes de consumo final. También se encarecen los insumos y bienes intermedios que se compran del resto del mundo, y eso encarece también los bienes y servicios finales que utilizan dichos insumos. Y llegan más caros los bienes de capital, es decir maquinaria y equipos que se compran del exterior. Entonces, por el lado de las importaciones, un dólar alto es sinónimo de encarecimiento de una gran porción de los productos que se comercializan internamente. Sucede habitualmente que cuando aumenta el dólar en pesos, suben todos los bienes importados y los que usan insumos del exterior (bienes de la industria principalmente).

Por otro lado, con un dólar alto, todos los que venden al exterior bienes o servicios (exportadores) van a recibir por la misma cantidad de dólares una mayor cantidad de pesos. Esto es: venden lo mismo y lo que cobran es mucho más, en otras palabras, el precio de venta al exterior, en pesos, es mucho más elevado. Y en consecuencia, tratarán de vender sus productos en el exterior, o para venderlos internamente pretenderán un precio mayor (similar a lo que exportan). Y en definitiva, por el lado de las exportaciones un dólar alto también es sinónimo de aumento de precios en el mercado interno. Por ese motivo, gran parte de los bienes primarios y alimentos que exportamos, cuando el dólar es caro se encarece su precio dentro del país. 

Resultado de todo eso, en la economía interna se genera inflación, un aumento sostenido y generalizado de precios que se transmite a toda la economía, y provoca beneficios a algunos pero mucho perjuicio a otros. Por ese motivo, algunos sectores piden y presionan para que el gobierno aplique políticas que lleven a un dólar caro (piden un tipo de cambio alto), aunque sea a costa de que la gran mayoría pague por esa diferencia.

Si bien esa situación de dólar caro le brinda un beneficio muy grande a los que producen bienes para exportar, también beneficia a la producción nacional (a lo que se hace dentro del país), ya que los productos de afuera llegan más caros, y los de adentro se hacen más competitivos. Pero afecta muy negativamente a la gran mayoría de los consumidores, que tienen ingresos que no suben en la misma proporción que los bienes y servicios. 

Ese efecto no queda allí, sino que se produce una reacción en cadena, donde la inflación es protagonizada por las empresas más grandes (monopólicas y oligopólicas) formadoras de precio, que controlan la mayor parte de los mercados de nuestra economía. Esto hace caer el poder adquisitivo de la mayoría de la población que no puede aumentar sus ingresos en la misma proporción. Y ello finalmente redunda en una caída del consumo, de las ventas y el  cierre de empresas en especial pequeñas y medianas. Esto se llama recesión. La consecuencia social es una mayor concentración de la riqueza y los ingresos, y una mayor desigualdad distributiva.

Efectos de un tipo de cambio bajo 

(dólar barato)

Por otra parte, si el tipo de cambio es bajo (implica un dólar barato en pesos), eso traerá como consecuencia que todo lo que el país importe (compre del exterior) sea mucho más barato, ya que se necesitarán menos pesos para pagar los bienes y servicios que se adquieran del exterior. Eso tendrá fuertes efectos internos.

Por un lado, las cosas que compremos de afuera nos saldrán más baratas, lo que constituye un alivio para los bolsillos de los consumidores. En general, los precios de los productos que se generan internamente no pueden subir o lo hacen apenas. Y de esa manera, históricamente se viven etapas de baja o nula inflación. 

No obstante eso tiene un costo muy claro: el mercado comienza a demandar productos importados en reemplazo de la producción local. Y en definitiva, empiezan a bajar el consumo de estos últimos y las ventas de las empresas radicadas en nuestro territorio. Lo que lleva a una destrucción de fuentes de producción y de trabajo, en especial de las pymes, lo que genera desempleo. En síntesis, la ilusión de las cosas baratas importadas tiene el costo de la pérdida de fuentes de trabajo.

Y existe otro costo del dólar barato. Los productos que se exportan se cobran en dólares, y los exportadores luego tendrán menos pesos para cobrar al vender sus dólares. Lo que desalienta las ventas al exterior, generando un bajo nivel de exportaciones y de dólares. Entonces habrá más importaciones (gasto en dólares para el país) y menos exportaciones.

Además del resultado desfavorable de la balanza comercial (diferencia entre exportaciones e importaciones) y su consecuencia (menos dólares para el país), se afectarán las empresas nacionales y la producción nacional (con impacto negativo sobre las fuentes de trabajo y el empleo), pero en mayor proporción a las pymes, ya que muchas empresas grandes en esta situación optan por importar y vender bienes del exterior, achicando su producción interna. Al costo lo pagan los trabajadores que se suspenden o despiden.

Entonces, qué conviene al país: ¿dólar caro o dólar barato?

En realidad no existe una fórmula tan simple, si se mira el panorama exclusivo del tipo de cambio, al margen de la estructura económica y social vigente. Ninguna alternativa (dólar caro o barato) puede aportar soluciones a los problemas económicos y sociales del país. Se requieren miradas y políticas integrales que partan de objetivos claros y acordados con los principales sectores económicos y sociales, que prioricen mejores condiciones de vida para todos (generaciones presentes y futuras), a partir de una mayor producción nacional, mayor cantidad de empleo digno, con un aparato económico integrado, una estructura social que beneficie al conjunto de la población, y formas productivas que no depreden y contaminen el ambiente. En resumen, una nueva economía para una nueva sociedad, solidaria, equitativa, sustentable.