Un recorrido por cuadras que siempre estuvieron en crecimiento, llenas de historias, para salir adelante
Por César Luis Penna – Crónicas de un heavy metal
Treinta y cinco cuadras, tres kilómetros y medio, ciento veintiséis veredas, diez mil baldosas, cinco barrios, cuatro plazas, cinco iglesias, cuatro estaciones de servicio, cuatro clubes, siete escuelas.
Desde el segundo año de la escuela secundaria, he recorrido a pie todo el trayecto que va desde Paraná V hasta calle La Paz casi San Martín. Con lluvia intensa, frío de 0º o una sensación térmica de 45º, caminé por los mismos senderos hasta que llegué a la facultad y egresé de ella. Pude ver casas, baldíos y espacios verdes desaparecer y reformarse, vi grandes edificios nacer en medio de los barrios de casas bajas, desde la periferia de la ciudad, hasta la Casa de Gobierno. Vi reformar la Peatonal dos veces y tres la Plaza 1º de Mayo, pude ver cientos de negocios inaugurar y cerrar, al Mercado Central re-transformado en Shopping, y estuve ahí cuando desapareció la Fábrica de Fósforos. Anduve por los caminos con chancletas, alpargatas, botas, zapatos y zapatillas. De todos los tipos de calzado, estrenar unas botas o unos zapatos era siempre complicado, más en nuestra ciudad de lomadas y calles empinadas.
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