Villa Alcaraz cumplió 111 años de fundación oficial. Parte de su historia está unida a la de Santa Elena y es posible rastrearla hasta sus inicios. La fe, la identidad, la tierra y el trabajo desde los albores de la patria
Por Vicente Joaquín Suárez Wollert
Los territorios donde hoy se asientan muchas de las localidades entrerrianas del Departamento La Paz fueron, a partir de 1608 y hasta 1774, trabajadas y evangelizadas por la Compañía de Jesús, comúnmente llamados padres jesuitas. Alcaraz destaca principalmente por la erección de una antigua cuasi parroquia en los alrededores de Alcaraz 1° y Estancia Las Vizcacheras, a tres leguas de la desembocadura del Arroyo homónimo en el Feliciano. Las tierras pertenecieron, luego de la expulsión de los curas, a Francisco Colobrán y Andreu y a su esposa, Catalina Troncoso.
Cruzando este último, se encontraba la Estancia Grande de Gregoria Pérez de Denis, heredada de su difunto esposo, Juan Ventura Denis. En ambas hectáreas se asentaron peones, criados y familiares de los terratenientes. Una disputa judicial extensa por el límite de las tierras en 1784 llevó a Denis a prohibir el ingreso del caserío de Alcaraz y de su propio dueño al oratorio que, dentro de los límites de su propiedad, servía como lugar de culto: Alcaraz se quedó sin bautismos, misas, casamientos y novedades del Virreinato, a excepción de los antiguos caminos de postas que conducían a ambos caseríos. El juicio permtió, a partir de la intervención de peritos expertos asignados por el Cabildo de Santa Fe, la elaboración de los primeros planos de los territorios.
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