Durante años postergué el sueño de cantar, convencido de que ya era tarde o que no era para mí. Un día me animé a presentarme en el coro de la Uner y esa decisión tímida me abrió un mundo nuevo y feliz
Por César Luis Penna
Desde que comencé a escuchar música siempre anhelé aprender a cantar bien, porque siempre fui medio de piedra para los instrumentos; y el Tiempo con su pesado diapasón nos corre por el camino sinuoso de la vida, y uno en el apuro de no saber elige siempre mal. Por lo que, durante años dejé esos sueños de cantar afuera y solo me dediqué a lo posible y necesario.
Durante muchos años vi pasar convocatorias al Coro de la Universidad Nacional de Entre Ríos en El Diario y siempre me daba ganas de ir, porque yo pertenecía a la Universidad, pero nunca me daban los tiempos. Hasta que un año, cuando ya había aprobado más de 30 materias, me presenté en calle Córdoba, sede de la institución. Antes de ir pasé un año entero por “La escuela de Música”, donde aprendí a leer partituras y el canto coral… pero tuve que elegir seguir mis estudios comunicativos o seguir una carrera que me llevaría entre tres y cuatro años aprender algo mínimo de canto, y tal vez no serviría para ello.
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