Un semanario para el pueblo y la patria

Fundamos un semanario porque tenemos algo para decir. Puede que no sea el mejor momento económico para gastarnos los últimos ahorros en imprimir en papel de diario, pero tampoco estamos dispuestos a transitar el camino del silencio.

Queríamos un medio que hablara de las necesidades de nuestro pueblo y de nuestra patria, y escribimos esas dos palabras, pueblo y patria, con la ternura y la dureza que aprendimos en la calle.

Lo llamamos El Telégrafo de Entre Ríos porque el Telégrafo Mercantil fue fundado en 1801 a instancias de Manuel Belgrano. Es un homenaje, pero también nos marca el camino que queremos recorrer: lograr una huella, ancha y profunda, que nos permita ir al encuentro.

Quienes hacemos este semanario no llegamos a fin de mes. Trabajamos desde la mañana hasta la noche en múltiples tareas para poder pagar las boletas de la luz, los alquileres, para que nuestros hijos, nietos y sobrinos puedan ir a la escuela y tengan para comer. Por lo tanto también les dedicamos estas páginas, desde ahora y para siempre, a quienes dan pelea día a día para salir adelante.

Nunca nos van a ver del lado de quienes riegan de hambre a nuestro pueblo, jamás nos van a ver del lado de quienes entregan la soberanía y ponen en riesgo a nuestra patria. Lo podemos decir sin problemas, porque así trabajamos desde siempre.

Los últimos meses del año 2016 fundamos Ana Editorial, queríamos hacer libros y hoy llevamos más de 211 títulos publicados. Desde entonces planificamos El Telégrafo de Entre Ríos y son los acontecimientos económicos y políticos los que nos llevaron ahora a decidir su aparición. Con fondos propios, podemos garantizar tres meses con una tirada semanal y trabajamos para lograr publicidades –públicas y privadas– que confíen en nosotros, en este proyecto, y nos den continuidad en el tiempo.

El mundo se encharca en sangre y mientras escribimos estas líneas suenan las campanas de inicio de una Tercera Guerra Mundial. No sabemos qué ocurrirá en el futuro, pero sí tenemos en claro que la rapiña de un puñado de países poderosos siempre provocan grandes sufrimientos para los pueblos.

La lista de medidas de ajuste económico que vivimos a diario no nos permite ni siquiera poder comprar un repelente para mosquitos en el supermercado o lo compramos igual bajo la resignación de otras necesidades.

Quienes escribimos este semanario tenemos diferentes ideas políticas, pero coincidimos en que es injusto que un jubilado tenga que decidir si comer o comprarse los medicamentos que necesita. Y también consideramos que Las Malvinas son argentinas y que mientras una parte de nuestro territorio esté en manos del colonialismo británico no podremos hacer cumplir la declaración de independencia de nuestro país, cuando en 1816 sentenciamos en Tucumán que debíamos ser libres “de toda dominación extranjera”. La lucha por la soberanía nacional y la integridad territorial son el primer requisito de la libertad.

Todos los sábados –y a lo largo de la semana– esta publicación podrá encontrarse en los puestos de diarios y revistas de Paraná, Valle María, Crespo, Ramírez, Seguí, María Grande, Hasenkamp, Viale, Cerrito, Santa Elena y La Paz y esperamos, con el tiempo, llegar a toda Entre Ríos.

Trabajamos para poder lograr un precio de venta del semanario que esté por debajo de lo que cuesta media docena de huevos o un litro de leche y si bien no es una tarea fácil, hasta ahora lo hemos logrado.

Cada una de las notas que aquí aparecen fueron trabajadas con tiempo y dedicación para brindar un medio con publicaciones propias, elaboradas por periodistas y especialistas en cada materia y sección. El diseño también fue pensado en función de la lectura, una lectura que entendemos a veces apurada y llena de otras preocupaciones diarias.

Desde Ana Editorial fundamos El Telégrafo de Entre Ríos: un medio, escudo y lanza. Tenemos algo para decir en los tiempos que corren y lo vamos a decir.